Visitantes

viernes, 2 de enero de 2015

QUE LE PASE POR INOCENTE

QUE LE PASE POR INOCENTE
MELVIN MARTÍNEZ
melvinadalidmr@gmail.com
La costumbre de inocentadas o mentiras en broma que nos hacemos cada 28 de diciembre, no es más que una evocación irónica de la permanente situación de engaño y burla que viven los sectores menos favorecidos en nuestra sociedad. Pocos recuerdan la muerte de los santos inocentes como uno de los más grotescos crimenes de poder, por miedo a la llegada salvifica de Jesús.
El sistema político y económico al dar primacía al interés material sobre el humano, maltrata a los hombres y mujeres con pocas posibilidades económicas y con poca preparación.
Los santos inocentes pueden encarnarse en los millones de niños que esperan que se cumplan las promesas de mejorar su situación y la promesa de aplicar políticas de beneficio para la niñez, para que se respeten sus derechos.
Los santos inocentes de hoy pueden ser los niños que se quedan sin entrar a la escuela, los que tienen que trabajar desde tierna edad para sobrevivir, los que piden en la calle, los jóvenes que no les es posible ingresar a un colegio de secundaria o aquellos que habiendo obtenido una carrera en este nivel no pueden ingresar a la universidad.
También aquellos que creyeron que la matrícula gratis la daría el gobierno a través de las municipalidades a partir del 2013.
Los santos inocentes de hoy pueden ser también los obreros que esperan que se les cumplan las promesas de mejorar sus condiciones socioeconómicas, los trabajadores que sueñan que en la negociación del salario mínimo prevalezcan sus intereses y no los de sus patronos.
También son santos inocentes los campesinos que esperan créditos blandos para incentivar la producción y los que creyeron que una bolsita solidaria resolvería los problemas de su familia.
Cayeron por inocentes los que creyeron que el bono diez mil era de diez mil y que nunca se acabaría.
También Los dirigentes comunitarios de aquellas aldeas en donde todavía esperan que en su escuela unidocente se les nombre otro maestro o que los niños de todas las escuelas tengan una computadora.
También caen como santos inocentes los que creyeron que se congelarían los precios de los productos de la canasta básica, las medicinas, la leche, el arroz, los frijoles o los que pensaron que no se seguiría pagando con dinero del pueblo la quiebra de bancos y otras entidades financieras. También cayeron por inocentes los que creyeron que los verdaderos ladrones del instituto hondureño del seguro social caerían a la cárcel.
Somos santos inocentes los que pensamos aunque sea un segundo que la educación sería prioridad del gobierno y que se implementaría un verdadero proceso de reforma educativa, que su presupuesto se incrementaría y que disminuiría el del ejército. Los y las docentes que esperan un aumento desde hace varios años.
Los profesores que pensaron que se les respetaría sus derechos y que tendrían un mejor ambiente de trabajo para dar una educación de calidad, que no recibirían más maltrato de las autoridades educativas y que les devolverían su derecho a una jubilación digna.
Los santos inocentes de hoy son todos los que pensaron que por arte de magia Honduras se convertiría en el país de la vida mejor, que todas las promesas se harían realidad.
Son Santos inocentes todos los que creyeron en las promesas de terminar con la delincuencia y la corrupción.
Si retomamos los discursos de toma de posesión de todos los presidentes, las propuestas políticas de los partidos tradicionales, los discursos de los candidatos a diputados y alcaldes de estos mismos partidos, si los leemos o los recordamos de cualquier forma, nos daremos cuenta que son las más grandes inocentadas en las que hemos caído y las peores mentiras que nos han recetado.
Cuando la mayoría de políticos se ríen en sus discursos, podemos entender que subliminalmente nos está diciendo: Que les pase por inocentes.
Todos los días es día de los inocentes, por lo menos en Honduras, todos los días sentimos el mal sabor del engaño intencional  y dañino.
Piense las mentiras que faltan en la lista, Medite usted, para que no le vuelva a pasar por inocente, asegúrese de no alegrarse cuando le digan que Honduras está cambiando, en eso se confía sale a la calle y le roban lo poquito lleve, o le toca pagar un impuesto aumentado, peaje por caminar o le dan 500 Lempiras para apoyar la reelección y quedamos fregados para un largo  tiempo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario