AL REGRESAR.
MELVIN MARTÍNEZ
Yo creo que Dios quería
que pasáramos una semana santa en casa, que nos miramos en familia.
Dios quería que no
contamináramos los ríos, los mares, las ciudades, que cuidáramos la casa común.
Dios quería que
estuviera limpio el planeta entero. Que sembráramos un árbol, legumbres,
plantas bellas para alegrar la existencia.
Yo creo que Dios quería
que por un tiempo dejáramos de consumir lo que no necesitamos, que
reconociéramos que todos somos iguales y que entendiéramos la bendición de
tener un trabajo permanente o temporal.
Dios quería con toda su
fuerza que valoráramos la simplicidad, para entender la grandeza.
En este tiempo de retiro
aprendimos a extrañar la sonrisa, el abrazo, el beso de los qué apreciamos y
queremos. Sin duda vimos la dimensión verdadera de la bondad de los vecinos.
Dios quería
también que disfrutáramos el canto de los pájaros, de las chicharras y la
amistad de los animales.
Tenemos este buen
tiempo que Dios nos ha regalado para dedicarle de verdad un poco de tiempo.
Tenemos tiempo para
pensar en nosotros y en nuestro quehacer cotidiano.
Tenemos tiempo para
descubrir la verdad, para estar seguros que las armas y las bombas lacrimógenas
no nos dan seguridad, ni nos salvan la vida.
Tenemos tiempo para
grabar en nuestra mente que los corruptos que nos gobiernan se robaron y siguen
robando el dinero que era para mejorar la salud y la educación.
Tenemos tiempo para
disponernos al regresar a nuestros trabajos, a nuestras aulas, a nuestras
calles valorando el importante papel de cada uno y estar seguros que lo más
valioso es lo que da vida, no aquello que la quita.
Al regresar valoraremos
a los médicos, las enfermeras, a los y las que cocinan, a los maestros, a los
científicos, a los psicólogos, a los agricultores sobre todo. Valoraremos
también a los odontólogos, a los ingenieros, a los arquitectos, a los
carpinteros a los artistas, a todo el mundo.
Al regresar estaremos listos
para cuidar el planeta casa de todos, los bienes comunes, los hospitales, las
escuelas, los colegios y las universidades.
Tendremos, para
entonces, un valor consciente para expulsar a los que le roban al pueblo, aún
en la calamidad y la emergencia.
Al regresar seremos
capaces de identificar la mentira de los poderosos.
Al regresar podremos
valorar el amor y la solidaridad como motores de la historia y comenzaremos a
construir un mundo distinto justo, más humano, el mundo del buen vivir.
Al regresar sabremos el
valor de cada uno y cada una, y lo importante que somos el uno para el otro.
Seguro que Dios nos
dará un tiempo para disfrutar la alegría del amor y de la vida.
Al regresar estaremos
llenos de una energía renovada, que nos hablará al oído recordando nuestro
compromiso de hacer cierto entre nosotros un hermoso paraíso.
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